Buen intento, pero lo que importa es el resultado
¿Los que parecen adolescentes normales resultan ser los elegidos de una profecía y tener poderes especies? ¿Sólo ellos pueden manejar unas máquinas que son la última esperanza de la humanidad? ¿Se ven obligados a afrontar un destino que los hace desgraciados? ¡O Dios mío, esto es el culmen de la originalidad! Bueno, igual nos suena de algo. Vale, ya lo hemos visto mil veces, ¡pero oye! Hay amor, batallas épicas y mitología, ¿qué más se puede pedir? La respuesta es muuuchas cosas, como coherencia y buen manejo argumental, por ejemplo. La idea tiene potencial, pero no cuaja porque esta tratada con una maestría digna de Mortadelo y Filemón. Los elementos mencionados, más que combinarse, se suceden «a cachos», como si estuviéramos ante un collage en el que se fueran poniendo al azar partes (algunas que no pegan ni con cola y hay que echarles súper glue) de romance, peleas o mitos.
La mitología merece un párrafo aparte para decir que he visto creepypastes de Pokémon con más sentido. Parece que a la hora de escribir el guión dijeron: «Necesitamos una excusa para sacar mechas y hacer los amores imposibles, ¿decimos que lo hizo un mago o buscamos un par de leyendas antiguas y las nombramos al azar? Venga, lo segundo mismamente». Y por favor o por dinero, que alguien me explique que tienen que ver los dioses de antaño con robots gigantes.
Voy a echar la típica escenita de celos entre colegiales y un duelo entre mechas, a ver que sale.
La forma de contar la historia provoca que sucedan cosas a las que les falta sentido, sobre todo común por parte de los personajes. Llamadme rara, pero si me encontrara en una situación comparable al inicio de La guerra de los mundos echaría a correr, cogería el primer vuelo que saliera del país y al bajar del avión seguiría corriendo; sin embargo, aquí parece que lo llevan bien. ¿Ataques de histeria?, ¿problemas derivados de los destrozos?, ¿¡preguntarse qué diablos está pasando!? Naaa, sigamos con nuestra vida, aquí no ha pasado nada. He oído que los japoneses son gente muy tranquila, pero de ahí a ver algo así y al día siguiente salir a la calle tan pancho hay un trecho. Y si después de vivir lo anterior alguien me dijera que está preocupado por cómo organizar una cita dudaría seriamente de su salud mental. DESTRIPE Aquí después de que el pueblo termine medio destruido, al aparecer máquinas humanoides gigantes, todo el mundo vuelve a la escuela o trabajo y se comporta con normalidad. Y, al poco tiempo, Souma y Himeko quedan. ¡Sí que se han tomado bien lo de que se acerca el fin del mundo! FIN DESTRIPE
Además, a ratos sospechaba que estaba ante una forma secreta del Gobierno Japonés de detectar a detectives y videntes. Así se explicaría que la trama tenga más agujeros que un queso gruyer. El objetivo era que el espectador hiciera un ejercicio de deducción y adivinación, porque esa es la única manera de entender cómo y por qué suceden la mayoría de las cosas basándose en el par de datos que te dan (cuando se sienten lo bastante generosos como para dártelos en lugar de dejarlo todo en el aire). DESTRIPE El hermano adoptivo de Souma tiene relación con la profecía de las sacerdotisas, pero no dicen cuál ni por qué. Se supone que todo está destinado y luego Souma y Chikane pueden cambiarse de bando como el que se cambia de ropa, esta última sin consecuencias. Y el final es una fumada que no aclara cómo salvan el mundo ni por qué Chikane es capaz de reencarnarse cuando le da la gana. FIN DESTRIPE A lo mejor es que yo no he superado. Sí, será eso y no que el anime pretende abarcar mucho y lo deja todo a medias.
Ya nos hemos ensañado bastante, digooo… ya hemos analizado de forma seria y objetiva la historia. Ahora hablemos de los personajes.
Chikane Himemiya es guapa, inteligente, hipócrita simpática, con un cuerpazo y la mejor en estudios y deportes. Sin contar que tiene una fortuna que no se consigue ni trabajando dos vidas (en un negocio legal, claro) y vive en un pueblo lleno de gente sin vida propia que se dedica a adorarla. Sí, su marysueismo golpea cual patada voladora de Chuck Norris. Lo único que le da puntos y la hace tolerable es ser el personaje más complejo (aunque con la competencia que tiene se podría decir que es la única con algo de complejidad), pero cuando le da por hacerse violadora te dan ganas de coger esos puntos y tirarlos por un barranco, y a ella detrás.
Esto le hacía yo a quienes justifican agresiones sexuales en el nombre del amor.
Himeko Kurusugawa es la típica chica mongola ingenua, dulce y patosa que no se valora, pero luego resulta (¡o casualidad!) que tiene detrás a los más deseados del lugar. Al menos no es todo el rato una idiota sin personalidad, ni una inútil total (aunque unas collejas para espabilarla no le habrían venido mal). Pero también pierde el poco encanto que tenía cuando le da por actuar como si las agresiones sexuales no tuvieran importancia.
Y Souma Oogami es el héroe abnegado dispuesto a hacer lo correcto aunque no consiga nada a cambio, o sea, todo un caballero andante, sólo que en vez de tener un caballo blanco tiene un robot gigante, que es más moderno. Su apología del deber por el deber sin plantearse siquiera otra opción emocionaría al mismísimo Kant. Una pena que no se profundice más en su historia, tenía potencial, pero termina siendo un típico bueno más plano que una chancla.
Los villanos son de traca. Su deseo de destruir el mundo tiene sentido y podrían haber sido profundos e interesantes de estar trabajados. Sin embargo, excepto la hermana Miyako y Tsubasa (que pedían ya no a gritos sino con focos y cohetes que los trataran en mayor profundidad), están mal planteados, peor logrados y no te los puedes tomar en serio. DESTRIME Especial mención a la mangaka, que se la pasa currando porque tiene que entregar un capítulo (¡¿?!), pero vamos a ver, que vas a destruir el mundo, ¿recuerdas? Y de la chica-gato mejor ni hablar. FIN DESTRIPE Son los típicos enemigos «carne de cañón» que solo están ahí para que los buenos les pateen el trasero (de la manera más estúpida posible) y así demuestren lo buenos buenísimos que son. Su nivel de patetismo es tal que rozan la parodia y no sabes si reírte o sentir pena por ellos.
Esos enemigos cuya única posibilidad de matarte es de un ataque de risa.
A los secundarios no los nombro porque a muchos no se han molestado ni en ponerles nombre, así que ya os podéis hacer una idea de lo importantes que son.
Sentencia
Esto tenía madera para ser un buen anime que mezclara leyendas, guerras y sentimientos, pero se ha quedado en uno típico y cutre.